Es común, darse un paseo por los diferentes canales de televisión y ver como (muchas veces) golpean nuestro raciocinio sin darnos cuenta y nos conducen a la involución del pensamiento. Apartando de nosotros la lógica y la ciencia. Me refiero con esto a todo aquello que tiene que ver con lo mítico, a lo pre filosófico, lo pre científico, al muy conocido pensamiento mágico. Este tipo de pensamiento se basa en creer que las cosas suceden porque sí, debido a una energía que circunda y mueve el destino de las personas. Desde que la primera persona se preguntó el porqué de las cosas, atribuyó a los elementos naturales poderes sobrenaturales. Lo ilógico es que en el siglo XXI, ha proliferado éste tipo de pensamiento en occidente de manera abrupta. Caso como el libro El Secreto, que trata de la ley de atracción, me hace pensar ¿qué beneficio obtiene una persona de moral elevada engañando a otra? ¿qué sentido tiene jugar con las esperanzas de las personas? y el problema es que este tipos de falacias y pseudociencia son aceptadas por muchos. Les explico, es tan común ahora escuchar a personas estudiadas, pertenecientes a profesiones donde lo tangible y cuantificable es lo válido diciendo DECLARO PROSPERIDAD, como si esa frase por si sola fuera a cambiar la realidad. El pensamiento positivo es necesario en nuestra vida y en nuestra relaciones personales, pero ese declaro le sirve a magos al estilo del Mago Merlin, no a nosotros simples mortales, que ni tenemos varitas mágicas, ni tenemos esos poderes (que son muy bonitis y populares en la literatura), son palabras que se pierden una vez pronunciadas. Bien decía el filósofo Kierkegaard al afirmar que la gente se sirve a menudo del lenguaje para ocultar que carece de pensamiento. Duro Kierkegaard pero estoy con él.
En cambio si creo en el esfuerzo, en la constancia, en la afrontar la vida día a día. En hacer todo lo posible, por lograr de cada día el mejor para uno mismo y para todos aquellos con quienes nos relacionemos en el transcurso del mismo. En cuanto a esto permítanme contarles dos casos de superación, que conocí cuando laboraba en el colegio del que les hablé en el articulo El Hombre Lobo existe, las dos personas laboraban como personal de limpieza de la institución. La primera era una señora de 50 años de edad, a quien llamaremos Beatriz (para no pagar derechos de autor) madre soltera, con hijos y nietos; el segundo un muchacho de 28 años a quien llamaremos Juan Carlos, padre y cabeza de familia con tres hijos y único sueldo en su hogar. Los dos tenían un sueño: ser maestros. Beatriz tenía para la sociedad la limitante de la edad, para Juan Carlos la carga familiar le dificultaba cancelar sus estudios. Pero ellos poseían algo que no es pensamiento mágico, poseían fe en si mismos y humildad para pedir ayuda. En ese tiempo se dió la oportunidad de cursar la carrera de docencia en una universidad pública mediante un plan de estudios a distancia. La noticia fue recibida por ellos con alegría y temor. Alegría pues era el sueño de sus vidas y temor de no saber si podrían alcanzarlo. Luego de reflexionar, conversarlo con sus familias y con sus amigos, decidieron aplicarse en los estudios superiores. Para ninguno de los dos fue fácil. Tuvieron que empezar a estudiar después de muchos años, era casi como comenzar de cero en algunas ocasiones, hubo que reacomodar la muy reacomodada economía familiar; planificar para que las clases, el trabajo y la vida familiar no chocaran entre si. Los vi comenzar en tan bella y ardua aventura, pero luego una vez que cambié de trabajo no supe más de ellos.
Al cabo de un tiempo en un colegio donde fui a dar un curso me encontré a la señora Beatriz, ahora era la maestra Beatriz. Estaba facilitando el tema de la vocación docente y con toda la intención la nombré a ella como ejemplo de vida, buscando recibir el feed back. Si pudiera narrar mediante las palabras el gozo que transmitía Beatriz al narrar su historia, el brillo de sus ojos, la sonrisa que te dice que se está realizando como persona, los gestos que demarcan fuerza y control de su vida. Ella nos contó su historia con la alegría de quien ha
encontrado su camino y está haciendo lo que le apasiona. Es impresionante como te llena el corazón escuchar a una señora mayor decir que se siente feliz siendo maestra y pidiéndole a la vida más años para seguir laborando. Ella estaba dando toda su vida en su vocación de maestra, en la edad en donde la mayoría de las personas ya se están jubilando o están soñando con jubilarse. Por su parte supe de
En cambio si creo en el esfuerzo, en la constancia, en la afrontar la vida día a día. En hacer todo lo posible, por lograr de cada día el mejor para uno mismo y para todos aquellos con quienes nos relacionemos en el transcurso del mismo. En cuanto a esto permítanme contarles dos casos de superación, que conocí cuando laboraba en el colegio del que les hablé en el articulo El Hombre Lobo existe, las dos personas laboraban como personal de limpieza de la institución. La primera era una señora de 50 años de edad, a quien llamaremos Beatriz (para no pagar derechos de autor) madre soltera, con hijos y nietos; el segundo un muchacho de 28 años a quien llamaremos Juan Carlos, padre y cabeza de familia con tres hijos y único sueldo en su hogar. Los dos tenían un sueño: ser maestros. Beatriz tenía para la sociedad la limitante de la edad, para Juan Carlos la carga familiar le dificultaba cancelar sus estudios. Pero ellos poseían algo que no es pensamiento mágico, poseían fe en si mismos y humildad para pedir ayuda. En ese tiempo se dió la oportunidad de cursar la carrera de docencia en una universidad pública mediante un plan de estudios a distancia. La noticia fue recibida por ellos con alegría y temor. Alegría pues era el sueño de sus vidas y temor de no saber si podrían alcanzarlo. Luego de reflexionar, conversarlo con sus familias y con sus amigos, decidieron aplicarse en los estudios superiores. Para ninguno de los dos fue fácil. Tuvieron que empezar a estudiar después de muchos años, era casi como comenzar de cero en algunas ocasiones, hubo que reacomodar la muy reacomodada economía familiar; planificar para que las clases, el trabajo y la vida familiar no chocaran entre si. Los vi comenzar en tan bella y ardua aventura, pero luego una vez que cambié de trabajo no supe más de ellos.
Al cabo de un tiempo en un colegio donde fui a dar un curso me encontré a la señora Beatriz, ahora era la maestra Beatriz. Estaba facilitando el tema de la vocación docente y con toda la intención la nombré a ella como ejemplo de vida, buscando recibir el feed back. Si pudiera narrar mediante las palabras el gozo que transmitía Beatriz al narrar su historia, el brillo de sus ojos, la sonrisa que te dice que se está realizando como persona, los gestos que demarcan fuerza y control de su vida. Ella nos contó su historia con la alegría de quien ha
encontrado su camino y está haciendo lo que le apasiona. Es impresionante como te llena el corazón escuchar a una señora mayor decir que se siente feliz siendo maestra y pidiéndole a la vida más años para seguir laborando. Ella estaba dando toda su vida en su vocación de maestra, en la edad en donde la mayoría de las personas ya se están jubilando o están soñando con jubilarse. Por su parte supe de
Juan Carlos, al encontramos en la web. Que alegría saber que estaba ejerciendo como maestro y luego ver las fotos que publicaba con sus estudiante, donde brotaban como en una fuente de bienestar la alegría, el entusiasmo y la realización de esos niños que junto al docente les encaminaba por el sendero del conocimiento y que estoy seguro que al igual que Beatriz les habla a los estudiantes con el ejemplo de su vida y les da razones para construir su proyecto de vida. Por eso es mejor construir la vida desde un pensamiento positivo, con los pies puesto en la tierra y la mirada en el horizonte, que estar vociferando frases fruto del pensamiento mágico, conjurando la ley de atracción, que lo único que puede atraer es a un escritor un poco sarcástico a veces, para escribir sobre el tema. De ahí que, pensamiento positivo, constancia, trabajo,FE en uno mismo SI, creerse el Mago Merlin NO.
Por cierto, Henry Ford, magnate de la industria automotriz, que nació en una granja, proveniente de una familia humilde, dijo en una oportunidad: Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto. Ciertas condiciones aplican, solo desde la psicología positiva se debe leer esto, no desde el pensamiento mágico.
Gustavo Córdova Rodríguez
Filósofo y Educador
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