Conflictos, peleas y discusiones. Depende del cristal con que se mire
La percepción, es la capacidad de recibir por medio de todos los sentidos, las imágenes, impresiones o sensaciones para conocer algo, la cual genera un proceso donde la persona selecciona, organiza e interpreta los estímulos, para darle un significado a algo. En fin, es tan subjetivo que solo quien observa o mira es capaz de decir lo que ve y cual es el sentimiento que en el produce.
Cuantas veces, a lo mejor, no les ha pasado que estando en lugar, al cual se ha ido muchas veces, mirando algo que parece nuevo decimos: mira ¿esto es nuevo? y te responden ¡no si esto tiene aquí como nueve años!
Un caso particular y científico, es el hecho que los psicólogos utilizan imágenes para acceder al inconsciente de las personas. De ahí, que según lo que ve cada quien en las imágenes que le presentan, será la respuesta que dará y el psicólogo sacará sus conclusiones a partir de la percepción del individuo.
Muy similar es la situación tan común en los hijos y esposos ¡que nunca encuentran nada! (me incluyo), palabras más, palabras menos, es la frase preferida por millones de madres y esposas en el mundo sin importa idioma, raza, cultura o religión cuando su descendencia masculina o su compañero de vida necesitan ayudan para encontrar, por ejemplo, la camisa para ir al trabajo y según ellas está simple vista.
Hay personas que no distinguen los colores (daltonismo), como la mayoría de las personas y tienden a confundir un color con otro.
Existen gestos que varían de una sociedad a otra. En Europa existe la tradición que los caballeros se saludan con un beso en cada mejilla. En Venezuela, eso sólo se hace entre mujeres y cuando un caballero saluda a un dama. Ahora bien, en el hipotético caso que un español llegase a este país suramericano, sin ninguna idea que la costumbre de saludar aquí es distinta a la de su país entre los hombres (es decir, más perdido que San Nicolás el día de las madres) y saludara a un oriundo con un beso en la mejilla, les aseguro que no podría dar el otro beso antes de recibir una descarga de violencia verbal y física por parte del saludado. Pues nos encontramos aquí, frente a dos percepciones diametralmente distintas, producto de las cultura de origen de cada individuo.
Es interesantísimo como gestos, palabras, situaciones son vistas de diversas formas, en diversas culturas y países. Hasta en el mismo hogar, frente a un acontecimiento una percepción del hecho tiene el papá, otra la mamá, otra la hija adolescente y otra el hijo de siete años de edad. En fin, cada quien ve (percibe) lo que puede, quiere y su cerebro le permite ver. Entonces, si somos tan diferentes porque nos empeñamos en que sólo existe un lado de la verdad. La verdad es una, pero se construye entre todos. Todos tenemos acceso a una parte de la verdad. La verdad es algo más complejo que decir esto es blanco o negro. En la ciencias exactas la verdad es real y verificable (matemática, física, química), pero en el mundo cerebral de las personas la verdad le pertenece a cada quien.
Teniendo esto en cuenta nos preguntamos ¿Cuántas discusiones, impases, guerras, conflictos no hubiesen ocurrido, si se reconociese que el otro tiene también su verdad? Apegado a ello, cuando vayamos a entrar en confrontación con otra persona, hagamos un alto y pensemos. ¿Cuál será su verdad? ¿Qué estará viendo que yo no veo? ¿Qué proceso lógico utilizó para generar estas inferencias? Es recomendable tratar de mirar desde el otro, recordar que somos seres único, que cada quien percibe de manera distintas las situaciones, que la verdad la construimos entre todos y que cada quien ve dependiendo del cristal con que se mire.
Gustavo Córdova Rodríguez
Filósofo y Educador
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