¿Qué me apasiona?
"Trabajar mucho para algo que no nos importa se llama estrés.
Trabajar mucho para algo que nos encanta se llama pasión"
S. Sinek
Los enamorados saben de más que es sentir pasión, pero antes de ilusionarnos con un escrito romántico, les adelanto que la pasión de la cual hablaremos aquí tiene que ver con la vocación de vida. La Real Academia Española, en una de las diversas acepciones define la pasión como "apetito o afición vehemente a algo".
La pasión implica un movimiento del ser hacia la acción. Pero es una acción que motiva y agrada. En estos días un joven me contaba que estaba estudiando Derecho porque sus padres les habían dicho que era lo mejor para su futuro, pero el no sentía pasión por la carrera que estaba estudiando, en cambio sin que lo dijera era evidente que es un músico nato, toca guitarra, bajo, percusión y todo ello sin mayor problema, se le hace fácil y su conocimiento musical lo ha adquirido prácticamente de manera autodidacta. Le pregunté qué le realizaba más, la repuesta era clara: la música por supuesto. Él mismo se había preguntado por qué estaba estudiaba derecho.
Hace unos años tuve un alumno, su nombre era Brayan. Era un buen muchacho, aunque no era muy aplicado en los estudios. En el salón de clases era muy pasivo (pasaba inadvertido muchas veces) y de personalidad distraída, claramente los estudios no le motivaban. En una oportunidad, fui con mi esposa a una presentación de mis sobrinas con su escuela de danza. Diferente núcleos de la escuela se presentaron y grata sorpresa recibí, cuando veo que Brayan era instructor de Pop y estaba bailando con sus alumnos. Fue una excelente presentación y una muy buena coreografía. En la clase siguiente, lo abordé con la típica pregunta que le hacían a menudo por estar cursando su último año de bachillerato: ¿Qué piensas estudiar? La respuesta fue el muy común no sé. Estuve un rato hablándole sobre lo que significa estudiar y trabajar en aquello que nos apasiona y la realización personal que ello conlleva. Le animé a descubrir que era lo que en verdad le apasionaba, pues en el escenario, presentando la coreografía manifestaba a través del baile, los gestos y la emoción que el artista tiene que trasmitir que estaba en el sitio indicado, estaba haciendo lo que le gustaba, y le motivaba, lo que en verdad le apasionaba. En la actualidad es difícil saber que ha pasado luego con él, sólo espero que haya seguido profesionalizándose en el baile y no sea como el común de los mortales que trabajan en algo que no les satisface y por ello el viernes es el día más anhelado y el lunes el más aborrecido.
Es tan común ver y escuchar a personas cercanas quejarse de su oficio o profesión. En cambio, cuando los artistas están promocionando una nueva producción discográfica, una nueva obra de teatro, película o cualquier otra manifestación de arte, siempre coinciden al decir que tienen la dicha de trabajar en lo que les apasiona y de paso además por ello les pagan.
Que bueno sería escuchar más a menudo esa frase en boca de toda clase de profesionales y trabajadores, pero la realidad es que frecuentemente el trabajo cotidiano dista para muchos de su pasión de vida. Recientemente una profesora que quiero y aprecio mucho, escribió en un comentario de un artículo de este blog (Si volviera a nacer) que ella esperaba con ansias el inicio de clases para empezar de nuevo a enseñar a sus alumnos y me consta pues ella respira la Filosofía y cuando habla incorpora a sus estudiantes en una atmósfera de conocimiento y de construcción del pensamiento, como pocos docentes lo saben hacer. Eso es pasión, eso es realizarse en lo que uno hace.
La pasión por nuestra profesión u oficio, tiene otro aspecto además de la realización personal y es la comunicación de lo que se hace con el fin de ayudar a los demás (entre otras cosas) a conocer más y a descubrir a través del testimonio de personas realizadas su verdadera pasión. El gran científico y divulgador de la ciencia Carl Sagan decía que no entendía que si los enamorados comentaban a todos acerca de su amor, cómo puede haber científicos no sean divulgadores de la ciencia, y esto dicho por Sagan , aplica a todas las profesiones.
Los jóvenes mencionados al inicio, están en proceso de descubrir que les apasiona o en la diatriba de aventurarse a entrar en el viaje por arriesgarse para hacer lo que que en verdad les apasiona, dejando atrás las críticas de sus allegados (familiares, amigos, entre otros). Por otra parte mi profesora y Sagan son testimonios que trabajando en lo que nos mueve, nos impulsa, nos apasiona; nos sentimos realizados y motivados a compartir esta grata vivencia de crecimiento constante y satisfacción personal con los demás. Por eso, no está demás preguntarnos: ¿Qué me apasiona?
Gustavo Córdova Rodríguez
Filósofo y Educador